Hoy estoy muy lejo de la persona que quiero ser. Pero mismo con poca experiencia que tengo aprendí que cuando mis deseos se extienden a los otros, mi comprensión es mucho más clara. Lo que todavía me frena es mi propio ego. Veo mis tendencias, veos mis puntos débiles, y estoy intentando revertir mi proclividad y mantenerme concentrado en lo que es importante. La respuesta es que en la mayoría de los casos no tenemos como base nuestra experiencia, pero decidimos aceptar la experiencia de otras personas y su propia decisión de lo que está bien y lo que está mal. Alguien que antes de nosotros ha pasado por la situación y que presumiblemente sabe más que nosotros. Muy pocas de nuestras decisiones diarias sobre lo que está mal y lo que está bien son hechas por nosotros mismos y basadas en nuestra propia experiencia y entendimiento. Y esto es especialmente verdadero en los temas importantes. Esto explica porque hemos desistido de controlar determinadas áreas de nuestras vidas y determinadas cuestiones que surgen dentro del campo de nuestra experiencia, porque nosotros no queremos tomar decisiones. Pensar es difícil porque en muchos casos seriamos obligados a confesar que no tenemos respuesta, que no sabemos si está bien o si está mal. La mayoría de las personas no quierem pensar y prefierem dejar este trabajo para las otras. Viven en función de los otros. La gente solo se preocupa a partir del momento que algo les afecta, simpre...
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